Todo estaba planeado para proceder el lunes 16 de marzo, teníamos que llegar al hospital a mediodía hasta el otro lado de la ciudad, pero lo bueno es que no habría tráfico por el puente. Mí tía se ofreció para darnos el aventón y llegamos rápido, unos minutos tarde para variar y con prisas de último momento.
En cuanto llegamos mi padre ya nos esperaba, estaba nervioso porque la cesárea comenzaría en seguida, además después de tantos años de pleitos (como 14 años) mis papás estarían en un mismo lugar y se dirigirían la palabra... ¿de manera armoniosa? Estaría por verlo.
Tras un abrazo y un beso a mi padre y a mi abuela observé detenidamente la escena. Mi mamá saludando a mi papá de mano con un amigable, serio y cordial saludo. Luego de unos segundos de plática, a mi hermana la llevaron a preparación para su operación.
Todo procedió civilizadamente, sin “mal-miramientos” y sin jetas. Mi madre entraría a la operación para grabar video pero estaba muy dudosa y pensando en la tranquilidad de mi carnala (ante mi jefa) y que sería cesárea impuse que yo iría, dejaría a mis papás juntos con mi abuela paterna en la habitación.
Seguí a una enfermera con cámara en mano, me dieron mi bata azul y un locker para guardar mis pertenencias no valiosas. El pediatra (que es mi tío) me advirtió que no dejara nada de valor, pues que uno nunca sabe, así que me recomendó guardar la cartera en mi calcetín.
Llegué al paso esterilizado, me puse los protectores de zapatos, gorro y tapabocas y pasé a la zona estéril bajo advertencia de no tocar nada de color azul... ¡esos malditos pitufos se saldrían con las suyas de nuevo! Me pidieron esperar en un pasillo a 10 metros del quirófano mientras preparaban a mi hermana y le ponían las anestesias y sondas necesarias. Gritos, llantos y sollozos de mi hermana se llegaron a escuchar por un ataque de pánico lo cual fue solucionado con droga. Me dieron ganas de gritar para que me dieran una dosis pero no funcionaría.
Me dieron acceso al quirófano, mi hermana me vio con felicidad, la operación comenzó, el bisturí se deslizó en un trazo firme en mano de mi otro tío gineco-obstetra con gran maestosidad mientras la hora de Los Beatles sonaba en una radio vieja, el tejido comenzó a ser estirado para abrir más el espacio abierto, la grabación estaba a todo, mi hermana preguntaba: “¿ya empezaron?”; a lo que el anestesiólogo respondía: “No, apenas están marcando la zona”. Con un gesto tranquilo mi hermana se relajó pero se confundió y alteró su ceño ante mi pregunta: “¿Es tejido adiposo?”.
Minutos después de estar grabando la operación, el bisturí que abría y suturaba emanó un olor desagradable, parecido al olor del pelo quemado, el quirófano se inundo de este olor el cual me dio asco y repulsión, causó que me diera claustrofobia por la falta de aire fresco, el calor me invadió y me comencé a sentir mal, la presión se me había bajado. Un poco de alcohol ayudó a que me levantara y se me antojara un wisky.
El bebé estaba a punto de salir (mientras se escuchaba: “We all live in a yellow submarine...”) y la grabación estaba al tanto, sacaron al bebé, traía el cordón umbilical con dos vueltas al cuello, lo sacaron y comenzó a llorar sin las bestiales nalgadas de antaño, mi hermana hasta ese momento seguía preguntando si ya iban a empezar hasta que escuchó el llanto se sacó de onda. El pediatra lo recibió y lo llevó a la plancha para revisarlo, limpiarlo y cortarle el cordón umbilical. Me pidió acercarme, me puso un guante con dificultad pues mi mano estaba sudada por estar grabando con esa mano, corté el cordón que parecían varios litchis unidos con centro oscuro y cubierta pulposa blanquizca y traslúcida mientras la hija del pediatra (mi prima) que asiste a todas los nacimientos y tiene más conocimientos que muchos doctores me asistió en grabar al bebé y el corte del cordón.
Lo limpiaron y lo acercaron a su madre, después de el primer babeo a su madre lo retiraron para pesarlo y llevarlo a la incubadora para revisar que todo estuviera bien. Mi tío me dijo, mira Isshat, mientras sacaba algo rosado de los cortes que había hecho, esta es la matriz (debe de ser un error, vi un gato pasar 2 veces) donde estaba el bebé, estos los ovarios y sus trompas de Falopio (si son de Falopio el floripondio ¿qué hacen en mi hermana?).
Después de todo, me dirigí a natalidad no sin antes avisarle a todos que ya había nacido, se acercaron conmigo y lo admiraron de cerca unos segundos hasta que lo metieron en la incubadora, ya estaba un poco morado por el frío y causo temor y preocupación pero poco a poco recuperó su color, por momentos abría los ojos, por momentos lloraba.
Mi hermana ya está mejor, ya se alivió como dice la gente, ya está en casa, ya le quitaron los puntos y el bebé esta sano y fuerte. Pesó 3,250 gramos.
Mis padres se hablaron y eso solo lo podía hacer el milagro de la muerte o de la vida. Hasta nos invitó a comer a una fonda argentina a lado del hospital, incluida mi madre. Hay video que compromete todo.
Aquí una foto del bebé con 1 día de edad. Parece boxeador después de una madriza.
En cuanto llegamos mi padre ya nos esperaba, estaba nervioso porque la cesárea comenzaría en seguida, además después de tantos años de pleitos (como 14 años) mis papás estarían en un mismo lugar y se dirigirían la palabra... ¿de manera armoniosa? Estaría por verlo.
Tras un abrazo y un beso a mi padre y a mi abuela observé detenidamente la escena. Mi mamá saludando a mi papá de mano con un amigable, serio y cordial saludo. Luego de unos segundos de plática, a mi hermana la llevaron a preparación para su operación.
Todo procedió civilizadamente, sin “mal-miramientos” y sin jetas. Mi madre entraría a la operación para grabar video pero estaba muy dudosa y pensando en la tranquilidad de mi carnala (ante mi jefa) y que sería cesárea impuse que yo iría, dejaría a mis papás juntos con mi abuela paterna en la habitación.
Seguí a una enfermera con cámara en mano, me dieron mi bata azul y un locker para guardar mis pertenencias no valiosas. El pediatra (que es mi tío) me advirtió que no dejara nada de valor, pues que uno nunca sabe, así que me recomendó guardar la cartera en mi calcetín.
Llegué al paso esterilizado, me puse los protectores de zapatos, gorro y tapabocas y pasé a la zona estéril bajo advertencia de no tocar nada de color azul... ¡esos malditos pitufos se saldrían con las suyas de nuevo! Me pidieron esperar en un pasillo a 10 metros del quirófano mientras preparaban a mi hermana y le ponían las anestesias y sondas necesarias. Gritos, llantos y sollozos de mi hermana se llegaron a escuchar por un ataque de pánico lo cual fue solucionado con droga. Me dieron ganas de gritar para que me dieran una dosis pero no funcionaría.
Me dieron acceso al quirófano, mi hermana me vio con felicidad, la operación comenzó, el bisturí se deslizó en un trazo firme en mano de mi otro tío gineco-obstetra con gran maestosidad mientras la hora de Los Beatles sonaba en una radio vieja, el tejido comenzó a ser estirado para abrir más el espacio abierto, la grabación estaba a todo, mi hermana preguntaba: “¿ya empezaron?”; a lo que el anestesiólogo respondía: “No, apenas están marcando la zona”. Con un gesto tranquilo mi hermana se relajó pero se confundió y alteró su ceño ante mi pregunta: “¿Es tejido adiposo?”.
Minutos después de estar grabando la operación, el bisturí que abría y suturaba emanó un olor desagradable, parecido al olor del pelo quemado, el quirófano se inundo de este olor el cual me dio asco y repulsión, causó que me diera claustrofobia por la falta de aire fresco, el calor me invadió y me comencé a sentir mal, la presión se me había bajado. Un poco de alcohol ayudó a que me levantara y se me antojara un wisky.
El bebé estaba a punto de salir (mientras se escuchaba: “We all live in a yellow submarine...”) y la grabación estaba al tanto, sacaron al bebé, traía el cordón umbilical con dos vueltas al cuello, lo sacaron y comenzó a llorar sin las bestiales nalgadas de antaño, mi hermana hasta ese momento seguía preguntando si ya iban a empezar hasta que escuchó el llanto se sacó de onda. El pediatra lo recibió y lo llevó a la plancha para revisarlo, limpiarlo y cortarle el cordón umbilical. Me pidió acercarme, me puso un guante con dificultad pues mi mano estaba sudada por estar grabando con esa mano, corté el cordón que parecían varios litchis unidos con centro oscuro y cubierta pulposa blanquizca y traslúcida mientras la hija del pediatra (mi prima) que asiste a todas los nacimientos y tiene más conocimientos que muchos doctores me asistió en grabar al bebé y el corte del cordón.
Lo limpiaron y lo acercaron a su madre, después de el primer babeo a su madre lo retiraron para pesarlo y llevarlo a la incubadora para revisar que todo estuviera bien. Mi tío me dijo, mira Isshat, mientras sacaba algo rosado de los cortes que había hecho, esta es la matriz (debe de ser un error, vi un gato pasar 2 veces) donde estaba el bebé, estos los ovarios y sus trompas de Falopio (si son de Falopio el floripondio ¿qué hacen en mi hermana?).
Después de todo, me dirigí a natalidad no sin antes avisarle a todos que ya había nacido, se acercaron conmigo y lo admiraron de cerca unos segundos hasta que lo metieron en la incubadora, ya estaba un poco morado por el frío y causo temor y preocupación pero poco a poco recuperó su color, por momentos abría los ojos, por momentos lloraba.
Mi hermana ya está mejor, ya se alivió como dice la gente, ya está en casa, ya le quitaron los puntos y el bebé esta sano y fuerte. Pesó 3,250 gramos.
Mis padres se hablaron y eso solo lo podía hacer el milagro de la muerte o de la vida. Hasta nos invitó a comer a una fonda argentina a lado del hospital, incluida mi madre. Hay video que compromete todo.
Aquí una foto del bebé con 1 día de edad. Parece boxeador después de una madriza.
De ahora en adelante pensaré 2 veces el decirle a alguien: "te voy a partir la madre..." ¿en verdad quiero ver otro nacimiento?
Bueno, los dejo, saludos a todos, pásenla chido.
Bueno, los dejo, saludos a todos, pásenla chido.
Atte. El tío abuelo
PD: Es hora de que mi sobrino sirva a la ciencia. Momento de desmentir mitos con bebés, así que... ¿cuáles se saben?
5 comentarios:
Primero que nada felicidades por todo "agüelo", espero que todo esté en orden.
Hay un mito que dice que la primera caca que hacen no tinen olor ni sabor, lastima que ya pasraon varios dias... si me acuerdo de otro te aviso.
Saludos
Me encantaría que probaras el mito aquel que dicta: "si le sacas el chupón al niño se le sume la mollera (ver: http://buscon.rae.es/draeI/SrvltConsulta?TIPO_BUS=3&LEMA=moyera )
Que chido que ya seas tío también.
Poncho, no sé de d´pnde sacaste ese mito pero es desagradable. Tal vez tú te apuntes a probar algo por el estilo. La persona que te lo dijo es un asqueroso ser que, tal vez, ya lo hizo.
Tío Abuelo,
muchas felicidades. Después de leer tan detallada narración de la cesárea de tu hermana, me quedan pocas ganas de tener un bebé. Ya no sé que es peor, el parto natural o la cesárea...
Leí que los bebés al nacer parecen un flan... Es cierto?
Muchas muchas felicidades.
Creo que depende del caso de qué es peor, hay mujeres que paren naturalmente y el bebé sale caminando y erguido, por otro lado (no por atrás, por adelante aún) hay mujeres que no tienen la dilatación suficiente y tienen que agrandar la salida... creo que eso es muy doloroso y con muchas repercusiones en la sensibilidad del área.
La otra opción es abrir la panza en la plancha (y no es un platillo) que se aúna a una dolorosa recuperación (de la otra manera también lleva una dolorosa recuperación) y cicatriz que quedará.
Y espera, eso no es todo, la dieta, pues el bebé va a recibir todo lo que comes por medio del calostro y posteriormente de la leche. El no dormir, si el bebé no mama pues sacarte leche para dársela después o pegártelo para que mame lo cual provoca irritación, cuarteaduras, dolor, escurrimientos y no poder medicarte bien. Sangrados, dolores abdominales, dolores de espalda, depresión postparto (y sí es hormonal), sacar al bebé para hacerlo un número más en el registro civil y pelearte con la burocracia, gastar mucho dinero y tener más para ahorrar, tener ayuda de lo contrario sufrir más.
Hay muchas cosas más que me da flojera escribir, pero son muchas complicaciones... ya lo estas pensando?? Pero querías ser mujer, no? Jajaja, la neta me siento afortunado al ser hombre.
Sobre lo del flan, pues si el flan tiene 2 brazos, 2 piernas, un torso y una cabeza pues sí, son muy parecidos. La verdad no tiene nada que ver, el bebé nació con la piel grisácea, con cebo y sangre y muchos bellos que luego se le caerán.
Saludos!
Que emocion!!!! Debio ser impresionante! Uf! Felicidades Chato no cualquiera!!! Me tiemblan las patitas! que bueno que todo salio bien! Un abrazo gigante. Millones de bendiciones!!
Publicar un comentario