Se marcó abrupto y tajante el capítulo de fin de una
temporada de mi vida, muchos cambios esperados llegaron de manera sorpresiva y
otros más se ven en camino mientras me muevo en dirección correcta (espero). A pesar de
que mi vida siempre es estable, y a la vez cambiante, convive en una marcada ambivalencia
que denotará una nueva temporada con cambios continuos pero separados unos de
los otros, mientras conviven entre ellos de manera confusa. Me gustan los cambios, me gusta la
estabilidad también, pero el hecho de poder enfrentar nuevos retos me excita y
me impulsa a seguirlos una vez que son inevitables.
Veo para atrás y sé que mi camino no ha llevado las mejores
elecciones (aparentemente), la ruta es tortuosa en momentos en los que el
camino más obvio era el más sencillo… pero ¿dónde está el reto?
Una nueva temporada requiere de nuevos retos personales.
Muchos ya están definidos y con reglas casi establecidas; muchos otros están
por evidenciarse, pero aún no es su momento.
Hay 4 aspectos que personalmente son decisivos de manera subdual para tomar el
camino correcto y espero que tanto mis decisiones, como los acontecimientos
estén a mi favor, de no ser así serán una lección muy pesada pero necesaria si
estoy mal.
Poco a poco develaremos los capítulos de esta nueva temporada.
Mientras tanto la siguiente semana me espera un par o una triada de nuevos
episodios que les iré relatando poco a poco.
¡Saludos!
1 comentario:
Mi estimado, tanto usted, como yo, hemos dejado de ser parte de los hastati. Si bien estamos en edad y condiciones de formarnos entre las gloriosas filas de los principes (sin acento puesto que hablo de los miembros de las legiones romanas, ya podemos codearnos entre los triarii.
Todas estas experiencias sólo nos ayudarán a crecer más y a demostrarnos todo lo que hemos madurado.
Por mi parte, sólo me queda felicitarte y agradecerte infinitamente por todo este tiempo que viviste aquí. Quizá no lo diga mucho en persona (mea culpa por ser buga) pero te quiero un chingo y este depa siempre lo sentí como un hogar con una minúscula familia (de la manera más heterosexual posible, no se haga ilusiones). Te quiero un chingo, que Cthulhu te proteja y te ayude siempre en las cosas que yo, por mis limitaciones humanas, no pueda.
Te deseo que seas una figura a base de carbón muy feliz, te lo mereces. Y cuentas conmigo.
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